No creo en los "para siempre" y menos con este "por ahora" tan alucinante que de a poco me va dejando disfrutar. El Tiempo es una sensación muy fuera de mi control.
La quiero hacer eterna porque una vez me tomó la mano al bajar del auto, me dio un beso tierno y con la mirada me advirtió que me quería. Caminamos de la mano como si la vereda estuviera colmada de margaritas y la gente pudiera mirarnos y pensar en cosas lindas en vez de mirarnos con ese prejuicio que ojalá se extinga pronto y que si ese no es el caso, qué suerte que cuando ella está cerca, nadie más existe.
Parece que fue ayer cuando tenía las manos en los bolsillos de sus jeans, de esos que están rotos apropósito y decidida a tener todo bajo control, giró sobre su eje con una mezcla de torpeza y gracia que no poseo el vocabulario suficiente como para describir con exactitud, pero que captó mi atención quizás, si creyera en eso, para siempre. Y si cierro los ojos, está pasando ahora mismo. Estoy aquí, mirándola... Sin imaginarme lo mucho que voy a disfrutar mirarla.
Detenerme y contemplarla... por segundos, por minutos, por lo que sea, no interesa, en ese tiempo la estoy convirtiendo en historia. Una que "siempre" voy a preferir contar con los ojos cerrados.
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