domingo, 14 de octubre de 2012

La gente alta.

Tengo un pequeño problema con la gente alta... me hacen doler el cuello.
Mirar todo el tiempo para arriba es lo más incómodo que he tenido que vivir después de los asientos del cine Atlas  y cuando mi ex suegra lloró enfrente mio.
Y ni les cuento cuando les tengo que dar un beso. Es todo un esfuerzo físico... ponerse en puntitas de pie (muy buen ejercicio de pantorrillas y nalgas) erguirse como si estuvieras por cantar enfrente de la Reina de Inglaterra, inclinar el cuello para atrás  y estirar la trucha. Y rogá por todos los santos que la otra persona tenga la fuerza y equilibrio necesario como para semi-sostener tu peso! Por suerte, todavía no me he caído encima de nadie.
Pero debo confesar que, ultimamente, ha valido la pena. Ha valido la pena el dolor, las molestias, las consecuencias ... todo. Llegar a esos labios, abrazar a esa persona, sentir el cariño, la contención... con gusto tendría unas pantorrillas y unas nalgas de acero y me haría sonar el cuello cual tambor por mucho, mucho tiempo más.
A veces da miedo ... que te pregunten, che, por qué te duele todo, todo el tiempo? En qué andás? Y esas nalgas tan arriba de donde las sacaste?? Acto seguido culpar a tu terrible colchón, al exceso de cine Atlas y gimnasio.... pero bueno, como dije, vale la pena.
Que pregunten lo que quieran. Lo que yo hago con mi cuello es cosa mia, no? Por ahora la respuesta va a ser la misma. Y cuando llegue el momento (y lo único que espero que sea el ideal y no uno apresurado) voy a gritar que he besado a gente alta. Y que es MI problema, (que en realidad no es un problema) y de nadie más. y que al que no le guste, que mire para otro lado.

Yo mientras voy a ejercitar las pantorrillas ;)