martes, 12 de noviembre de 2013

Una ficción.

Este es un relato que encontré escrito en un papel dentro de una botella que estaba en un mar al que siempre quise ir:

"Esta es una mujer que es bien mujer. De esas que parecen que nunca fueron niñas o adolescentes siquiera. Que nacieron grandes, con sus pensamientos ya formados, sus inclinaciones bien definidas y sus cuerpos de adultos.
Me cuesta mucho describir bien su personalidad porque siempre ha encontrado la forma de sorprenderme con sus acciones, pensamientos y humores.
Lo que no es, si puedo decírtelo. No es una tipa grosera ni que le desea el mal a la gente, pero que lo causa a veces, como todo el mundo. Su mente no es cerrada aunque su tolerancia por la gente es baja. Su sentido por la moda es nulo pero le queda bien.
Su corazón es un misterio…
Su fanatismo por el sexo  no le permite conformarse con una sola persona a la vez, aunque tal vez es ahora lo que más desea en este mundo. Conformidad.
Le gustan los juegos. De mesa, de cartas, al aire libre, bajo techo, bajo la lluvia, bajo los pantalones, bajo la cama, los mentales, los prácticos, los sexuales, los que tienen reglas, los que no, los que puede ganar y los que puede perder.
Es hermosa. Es hermosa todo el tiempo. Cuando se levanta, cuando se baña, cuando come, cuando habla, cuando te mira, cuando no te mira, en especial cuando se da cuenta que la estas mirando y se pone nerviosa, cuando baila, cuando goza, cuando se muerde el labio, cuando larga una carcajada descontrolada, cuando fuma faso, cuando está ebria y hasta cuando se enoja.
Han sido incontables las veces que en las que he dudado en conversarle, en iniciar una charla o en siquiera preguntarle algo específico. Sus reacciones me parecen completamente impredecibles y cuando algo no le gusta o no le interesa te lo hace saber de inmediato y es de las pocas si no es la única persona, a la que de verdad, no quiero caerle mal.
Es de las pocas personas en las que me esmero por hacerle bien aunque sea de vez en cuando… se lo merezca o no. Con un chiste, con un consejo, con un halago o con una mirada. Tal vez porque no conozco a alguien que sea tan hermosa cuando está bien y más hermosa todavía si lo provoco yo.
No es seguidora fiel de nada ni de nadie, la incondicionalidad no está en su sangre, tal vez porque se aburre fácilmente o tiene interés en demasiadas cosas como para enfocarse demasiado tiempo en una sola.
Te cuento tanto sobre esta chica porque me parece un ser fascinante. Difícil de tratar. Difícil de convencer. Difícil de conocer. Pero bella al fin, por dentro y por fuera, con sus miles de equivocaciones, mal tratos, juegos morbosos, bordeando lo perversos, aún así, la considero bella. Ojalá la conozcas algún día.

Para terminar tengo que confesarte tengo que en realidad no tengo idea de quién es ni cómo es esta mujer. Miles de veces he pensado en que es una simple ilusión mia. Algo platónico. Algo enfermo también. Miles de veces la he soñado, pensado y nombrado, tal vez por eso creo conocerla, pero la verdad es que no tengo idea. Ni un poquito. Tal vez ni siquiera existe… y eso, qué dice de mi?"

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